domingo, 24 de julio de 2011

Beach Side

Miami está espléndida. Llueve todos los días, por la humedad de 150% que hay. Llovió el lunes a la noche y me acordé de Mapu Sookie Dooby, quien estaría ladrando a lo loco a los truenos (hay, muchos, y relámpagos –lógicamente– también.
El deporte anda muy bien. O sea, si uno mira los resultados, no, pero Argentina está jugando muy bien, y no, no estoy hablando de fútbol (desde el principio le puse todas las fichas a Uruguay, y sigo firme con dicho seleccionado); sino que hablo de la selección de cricket, que aunque perdió contra Suriname, EEUU y Bermuda, jugó muy bien (y no lo digo porque dos de los jugadores sean mis parientes – no necesito alabar a nadie si no se lo merece). El problema reside en que las otras selecciones son profesionales y se dedican a eso, mientras que la argentina es más vocación. Pero no me voy a meter en ese tema porque en realidad mucho no sé de políticas cricketeras y de cómo es la cosa, sólo puedo decir que me encontré mandando un mail a Madre en el que hablaba de wickets y overs, y ¡entendía lo que decía! ¡Cómo cambian las cosas! Y me divierte mucho mirar los partidos. Supongo que es cuestión de agarrarles la mano.
Mañana hay día libre deportivo, así que nos vamos a Sawgrass Mills Malls… ¡Woohoo! Y cada día llega algún paquete nuevo de Barnes & Noble y de Amazon. Ay Brillantina, si vieras lo que es mi valija roja… llena de libros, preciosos, nuevitos, con ese perfume encantador… Si no pago sobrepeso, es un milagro.
Otro tema, ayer volvía del partido con Abuelilla, y milagrosamente pasan Kings Of Leon en la radio. “Nanny, Nanny, this is the band I’m going to hear: Kings Of Leon.” “Yeeeeeaaaooohhh your sex is on fire.” Era ooobvio. Por suerte se hace la sorda y en lugar de tirar comentarios a lo “¿Cómo podés escuchar esto?” (indignada por la alusión al sexo, por si no es evidente mi comentario), no dice nada y mira por la ventana. Así está sobreviviendo la convivencia. Hago de cuenta que no escucho algunos comentarios, y vise versa. Tudo bom, tudo legal.
Volví del partido y tenía ganas de regresar a la pileta –a la mañana tuve chapuzón– (hay 30°C mínima todos los días más o menos), pero al final la lluvia me encontró a mitad de camino y tuve que retornar al cuarto, en el que me senté a escribir este post para subirlo en algún momento en el que vuelva a Starbucks y a chequear la info del prode de la Copa América. (¡Vamos Uruguay!)
Y voy a leer un poquito uno de mis libros nuevos en el balcón. O en el jacuzzi del cuarto (sí, hay un jacuzzi en el cuarto… los norteamericanos son así). No sé bien dónde seguiré. Sólo sé que lo haré feliz.

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